El wagyu es una carne japonesa reconocida mundialmente por su suavidad, sabor y alto precio. Su principal distintivo es el marmoleo, es decir, las vetas de grasa intramuscular que le otorgan una textura cremosa y un sabor umami único. Esta calidad se debe al riguroso proceso de cría del ganado, que incluye control genético, alimentación especializada, bienestar animal y ambiente saludable.
Cada ternero es registrado desde su nacimiento y alimentado con una dieta específica. El entorno, el agua y el aire también se controlan meticulosamente.
En la cocina, el wagyu se prepara con técnicas precisas como parrillas a alta temperatura, que sellan la carne en segundos. El resultado es un manjar que no solo es tierno, sino que se caracteriza por su sabor profundo y umami. Su textura se deshace con facilidad, y su grasa, de sabor suave y delicado, se fusiona de manera perfecta con el resto del corte.
Fuente: https://cooking.elmundo.es/