Comer en uno de estos templos gastronómicos no es solo alimentarse, es arte, emoción y espectáculo. Pero para sacarle todo el jugo, toma nota:
- Reserva con tiempo (¡mucho!)
Estos lugares tienen listas de espera que pueden durar meses. Planifica con antelación y confirma la reserva unos días antes. - Llega puntual y con mente abierta
Estás entrando en una experiencia pensada al detalle. Déjate sorprender y confía en el chef. - Opta por el menú degustación
Es la mejor forma de conocer la esencia creativa del restaurante. Si hay opción con maridaje, ¡aún mejor! - Infórmate, pero no te obsesiones
Conoce el estilo del chef y su filosofía, pero no vayas con ideas cerradas. Lo mejor es vivirlo sin expectativas rígidas. - Vístete para la ocasión
Consulta si hay código de vestimenta. En muchos, la elegancia es parte de la experiencia. - Pregunta sin miedo
Los camareros están para guiarte. Si no entiendes un plato o ingrediente, ¡pregunta! Les encanta compartir su conocimiento. - Disfruta con todos los sentidos
Observa, huele, saborea, escucha… ¡todo importa! Cada detalle está pensado para emocionarte. - Sé discreto con el móvil
Está bien sacar alguna foto, pero no conviertas la cena en una sesión de Instagram. Vive el momento. - No corras, ni tengas prisa
Una comida de este nivel puede durar entre 2 y 4 horas. Es parte del encanto. - Agradece y comparte tu experiencia
Estos restaurantes viven de la pasión y el reconocimiento. Si te encantó, ¡dilo!
Comer en un 3 estrellas Michelin es un viaje gastronómico. No solo se trata de lo que comes, sino de cómo te hacen sentir.