Hostería de Torazo: Ideal para descansar

Hostería de Torazo: Ideal para descansar

Hostería de Torazo es el descanso personificado

En uno de los pueblos mas bellos de Asturias abre sus puertas Hostería de Torazo con nueva dirección y nuevos aires y además de nuevos y renovados creo que en buena linea y con buen horizonte hacia el que caminar.

Dispone de alojamiento en suittes muy amplias y con bañeras de hidromasaje con capacidad para dos personas y habitaciones estándar muy completas, también amplias y muy elegantes y unos colchones de verdadero lujo ideales para descansar el cuerpo, pues el alma descansa con el resto de servicios y opciones.

La zona de spa no es amplia en exceso pero más que suficiente para disfrutar de una buena sesión en la instalación, que habilitada en tandas o tramos horarios, permite elegir si acudir en horario con niños o sin ellos para aquellos que realmente desean un relax completo, lo que es de agradecer en estos casos.

Tras la sesión de spa hay varias opciones de masajes o tratamientos y en verano una fantástica piscina exterior y zona de tumbonas, pero las opciones sin varias y todas ellas buenas.

No podíamos pasar por la Hostería si acudir al restaurante con el fin de valorarlo y el resultado ha sido muy satisfactorio, a pesar de algún que otro detalle de menor importancia que no desmerecen el buen hacer de todo el personal, pues nos presentaron un menú degustación con platos a base de producto de calidad del entorno con buena preparación y gran presentación.

Nos sorprendió enormemente la ensalada a base de tomate con jamón realmente fresa y deliciosa, para luego pasar por un espectacular lomo de bonito magistralmente elaborado y guarnición y salsa que maridaban perfectamente.

El cordero que seguía a los anteriores presentaba buena elaboración y sabor pero preferimos las salsas que no cubren las carnes y hubo un pequeño fallo en la temperatura, totalmente perdonable, pero no podemos dejar de apuntarlo porque tan vez debería estar un poco más caliente y eso es un simple fallo en el cálculo de tiempos.

Los postres para aplaudirles y los helados artesanos, especialmente el de turrón estaba para hacerle reverencias.

Probamos al día siguiente el menú y nos encantó, pues en estos platos se suele pecar de alguna de las dos cosas que indicamos: mucha comida pero poca calidad, o buena calidad pero escasa cantidad. Aquí podemos decir que perfecto, un menú abundante en cantidad y en calidad también brillaba.

Una lubina a la espalda muy bien preparada y tras ella un arroz negro con calamares que estaba realmente sabroso y bien preparado. De los postres ya hemos hablado y reiteramos nuestras felicitaciones por ellos.

Casi se me olvida destacar el desayuno buffet y como soy maniático de que haya siempre zumo de natural, especialmente de naranja, debo indicar que es zumo de naranja natural exprimido al momento en el que se pone el vaso para que la máquina lo dispense, pues se exprime en ese mismo instante. En el resto había de todo y para todos los gustos, necesidades y apetitos.

Pero si todo era bueno, la atención resultó excepcional, maravillosa con un personal atentísimo, profesional y al tiempo cercano con lo que se lograba una absoluta comodidad de cliente. En lo que se refiere al restaurante teníamos la sensación que todo y absolutamente todo el personal que nos atendió había pasado por escuela de hostelería y si no fue así, la verdad es que lo parecía. Alguno de ellos en prácticas o acabado de aterrizar pero el resto con bagaje y horas de vuelo bien aprovechadas.

Nos gustó, y creo que el precio fue más que adecuado y todo valía el precio que marcaba la tarifa, pero aconsejamos aprovechar los paquetes de alojamiento porque resultan más que interesantes.

Eduar Garza

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