Si estás pensando en hacer el Camino de Santiago, una de las primeras preguntas que seguramente te harás es: ¿cuándo es el mejor momento para hacerlo? Aunque cada época del año tiene su encanto, lo cierto es que la primavera (abril-junio) y el otoño (septiembre-octubre) son consideradas las mejores estaciones para recorrerlo.
Aquí te explico por qué:
Primavera:
- El clima es templado, ideal para caminar largas distancias sin sufrir demasiado calor.
- Los paisajes están en su máximo esplendor: campos verdes, flores y naturaleza viva.
- Hay un buen ambiente peregrino, pero aún sin las aglomeraciones del verano.
Otoño:
- Temperaturas suaves y días todavía bastante largos.
- Los colores otoñales de los bosques (especialmente en Galicia) ofrecen un espectáculo increíble.
- Menos masificación, lo que permite una experiencia más tranquila y auténtica.
¿Y el verano?
Aunque julio y agosto atraen a muchísimos peregrinos, el calor puede ser extremo, especialmente en rutas como la Vía de la Plata o la Meseta. Además, los albergues tienden a llenarse rápido, y es más complicado encontrar hospedaje.
¿Y el invierno?
Solo recomendado para los más experimentados: hay riesgo de nieve en algunas zonas (como los Pirineos o O Cebreiro), y muchos albergues están cerrados. Eso sí, la soledad y el silencio en el Camino son únicos.