Uno de los elementos más importantes de un restaurante es la carta. Se trata de una herramienta imprescindible en cuanto a comunicación se refiere. De solo un vistazo, el cliente podrá conocer nuestro estilo, nuestra filosofía, nuestras ofertas gastronómicas… Se enfrenta a ella al entrar en nuestro local o, incluso, antes de hacerlo.
Piensa, por un momento, qué es lo primero que observas cuando visitas otro sitio. Por supuesto, además de la localización, la afluencia de gente y la limpieza, entre otros, los productos que se sirven serán considerados antes de entrar si estos están indicados en el exterior del establecimiento.
A tener en cuenta…
La carta ofrece un resumen de lo que somos y de lo que queremos ser. Debe ir siempre acorde con el tipo de público al que recibimos de forma asidua, así como a la decoración. De nada sirve tener este importante elemento plastificado, roto, sucio o en una funda sobria si tenemos un negocio moderno. Establece una conexión entre cada cuestión y transmite tus valores diferenciales. Destaca sobre la competencia.
En cuanto al contenido se refiere, este debe estar organizado. Lo más recomendable es dividir los platos según el orden de comida de cualquier cliente. Establece epígrafes, diferentes tipografías, tamaños de letra… Ten en cuenta que se lee siempre de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, por lo que debes estudiar la relevancia de tus creaciones. Ofrece una carta sencilla y concisa, sin recargarla, sin que dé lugar a la confusión. Sé original, sí, pero siempre buscando la originalidad. Funcional y eficaz.
Trata de incluir todo en una sola página. Si no es posible, que sean dos, pero no construyas un manual. Dibuja el camino a tus comensales; no dejes que se pierdan entre cientos y cientos de ofertas.
Revísala con frecuencia y actualízala. Corrige todos los fallos que sean precisos y, si no dispones de algún plato, modifícala.
¿Fotos e ilustraciones sí o no? Depende. De nuevo, piensa en tu filosofía. No incluyas nada que despiste, que recargue el diseño, que confunda, que no case con tu restaurante. Por supuesto, si incluyes imágenes, estas deben corresponderse siempre con la realidad.
Y, como último consejo, ofrece tantas cartas como personas existan en la mesa. Compartirlas es algo incómodo, resta tiempo al cliente, incrementa su impaciencia y hace elegir de forma apresurada.
Cartas digitales
Las nuevas tecnologías irrumpen día tras día con más fuerza en nuevos sectores. Es importante adaptarse a cada uno de los cambios que se producen a nuestro alrededor. Si optas por las cartas digitales, esas que pueden ser consultadas desde un dispositivo electrónico —lo más usual son las tablets—, piensa, antes que nada, en tu público. Puede que no todos sean capaces de entender su funcionamiento.
El diseño debe ser más cuidado que sobre el papel y es muy importante incluir elementos multimedia, una característica que ofrecen estas herramientas. Inserta imágenes, vídeos, resúmenes, precios, gráficos, ilustraciones… Deja volar tu imaginación, pero sin olvidar todo lo imprescindible en cualquier carta, sea cual sea el formato en el que se presente.
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