La Semana Santa no solo es un tiempo de reflexión religiosa, ¡también es un momento muy esperado por millones para desconectar y disfrutar! Y como todo, cada uno lo vive a su manera.
Procesiones: Gente que ama la tradición, las marchas, los pasos y el incienso. Están desde muy temprano reservando sitio para ver cada hermandad pasar.
Comida: Torrijas, potajes, bacalao… ¿alguien dijo ayuno? Más bien, ¡banquete! Esta semana es una excusa perfecta para entregarse a la gastronomía típica.
Playa: Semana Santa = primer chapuzón del año. Maleta lista, protector solar y escapada directa al mar.
Descanso Total: Nada de tumultos, solo siestas largas, series pendientes y desconexión total.
Espiritual: Para algunos, es un momento de recogimiento, de reconexión espiritual, retiros, y reflexión interior.
Cada uno tiene su forma de vivirla, y lo mejor es que todas son válidas. Lo importante es que te aporte algo positivo.