La vuelta a la rutina tras las vacaciones puede sentirse como un “aterrizaje forzoso”, pero con algunos hábitos sencillos puedes suavizar la transición y retomar el ritmo con energía. Aquí van algunos consejos clave:
No vuelvas de golpe
Si puedes, regresa de tus vacaciones uno o dos días antes de reincorporarte al trabajo. Este pequeño margen te ayudará a reajustarte poco a poco a tus horarios habituales.
Adopta una mentalidad positiva
En lugar de pensar en lo que termina, céntrate en lo que empieza. Nuevos proyectos, retos o pequeños cambios en tu día a día pueden motivarte más de lo que crees.
Recupera hábitos saludables
No hace falta empezar con una “operación detox” extrema. Simplemente vuelve a comer bien, duerme a tus horas y mueve el cuerpo, aunque sea con paseos cortos. Tu energía lo agradecerá.
Organiza tu primera semana
Evita saturarte de tareas el primer día. Prioriza, organiza y ve aumentando la carga de trabajo de manera progresiva. Esto te dará sensación de control.
Reserva tiempo para ti
Las vacaciones no deberían ser el único momento del año en el que te cuidas. Planifica pequeños momentos de ocio durante la semana: una cena, un libro, un paseo al atardecer.
La clave está en no intentar recuperar el 100% de la productividad de golpe. Dale tiempo a tu mente y a tu cuerpo para adaptarse.