El cliente de hoy en día es muy exigente. Lo es porque demanda un servicio que se diferencie del resto debido a la alta competencia y a la diversidad de estilos de los restaurantes. Según el tipo de comida o cena que se organice nos decantaremos por un sitio u otro. No obstante, hay ciertos aspectos que son claves a la hora de elegir:
Atención del personal
El buen trato es imprescindible para que los clientes se encuentren cómodos. Además, se precisa contar con trabajadores formados y expertos en la materia para dar asesoramiento y recomendaciones.
Ambiente
No hay duda de que el diseño y la decoración de un local también influye porque se trata de lograr una atmósfera acogedora para los comensales. Evitar malos olores y ruidos excesivos y cuidar exhaustivamente la limpieza son objetivos principales.
Calidad/precio
El precio será el justo teniendo en cuenta la materia prima y preparación ofrecidas.
Carta
Tanto la de comida como la de vinos, debe ser variada pero no muy extensa. A poder ser, con especialidades de la casa que aporten diferenciación.
Tiempo
Esperar lo justo. Si se tarda demasiado entre plato y plato o en traer la cuenta no es de buen gusto para el cliente.
Aunque el menú es el motor de un restaurante para que funcione, no es suficiente centrarse solo en los detalles de la cocina. Trabajar por conseguir un valor añadido ayudará a que la gente no vaya solo a comer, sino a vivir una experiencia que quiera repetir.
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